jueves, 16 de mayo de 2013

Paisajes de vida

Paisajes sublimes que poseemos a diario en nuestro transcurrir esos que nos acompañan siendo fieles compañeros y que aunque a veces no los percibimos, siendo tan maravillosos los ignoramos, ellos fielmente nos brinda su hermosura, su verdor en esos jardines desolados, su esperanza en ese cielo despejado, su profundidad en ese mar azulado, su grandeza en montañas que cortan el horizonte, nos acompañan de ida y vuelta al trabajo, mientras nos quejamos del tráfico, mientras añoramos ese amor furtivo y esa mirada de despedida desconocemos ese compañero verdadero que a poca distancia de nuestra vista nos acompaña y brinda belleza para nuestras amarguras y tristezas, para nuestras alegrías y emocione.

 

 


Cuantos atardeceres hemos dejado pasar frente nuestra mirada sin reconocerlos siquiera darnos cuenta de que el sol se oculta y nos embriaga ya la noche, cuantos amaneceres desperdiciados por preocupaciones que al final del día serán resueltas, cuántas veladas matutinas de ajetreo y que áceres sin contemplar lo bello de la vida, los árboles, las flores, el brillo del sol, y esa sonrisa en una bella dama adornada por ese paisaje de fondo que como cualquier artista nos ofrece una imagen para el recuerdo.

 

Comencemos a valorar nuestro entorno bello y delicado sin seguir dañándonos los días con la rutina y aprovechando de gran manera nuestra energía para disfrutar de lo bello de la vida.