Escrito por: Jose Ramón Acosta
“La enfermedad holandesa”, “es una frase usada en economía
para identificar las consecuencias negativas que sufre un país cuando
experimenta un crecimiento súbito en sus ingresos en divisas, asociado a la
explotación de recursos naturales” (RN).
El problema es la diferencia de productividades, o mejor dicho, el problema es que la actividad explotadora de RN termina teniendo una productividad muy superior al resto de las actividades en la economía, esta diferencia de productividades hace que el resto de las actividades económicas resulten relativamente improductivas y por lo tanto se da una situación en la que los precios relativos en moneda nacional aumentan y dado el acceso a divisas resulta relativamente más barato adquirir bienes y servicios del resto del mundo.
El problema se agrava con la intervención del Estado. El cual suele preservarse para sí la actividad explotadora de RN. La situación entonces es una en la que una actividad explotadora de algún RN realizada por muy poca gente, provee un nivel importante de divisas y por lo tanto hace relativamente más caro adquirir bienes y servicios de esa economía que del resto del mundo.
El término surge de la década de 1960, cuando los ingresos en divisas de Holanda aumentaron considerablemente a consecuencia del descubrimiento de grandes yacimientos de gas natural en el pueblo de Slochteren, en la provincia de Groninga, cerca del Mar del Norte. La respuesta, sobre las consecuencias perniciosas de un aumento de divisas, está en un estudio realizado por Warner Max Corden y J. Peter Neary en 1982.
Sin embargo, la producción petrolera de Venezuela se había iniciado en 1914, al activarse el Zumaque 1, en 1922 comenzó la explotación petrolera a gran escala, haciendo crecer la renta per cápita. El fenómeno lo identificó Alberto Adriani en “La primera etapa de una política económica” de junio de 1927. De modo que la “enfermedad” se dio primero en Venezuela que en Holanda, donde además el problema fue resuelto en la década de los 80, mientras que en Venezuela persiste.
Además la cepa venezolana tiene cómo agravante que el Gobierno es el propietario del RN. Es decir “la enfermedad holandesa” surge en los países incluso si el recurso natural es de propiedad privada, pero cuando es propiedad del Estado se complica el fenómeno.
En Venezuela, el Estado tiene el poder político, pero tiene además el poder económico, al poseer la propiedad de la industria. Esta situación no es simplemente “la enfermedad holandesa” sino que el Estado no necesita de los ciudadanos excepto para que voten, mientras exista democracia.
En Venezuela la solución a “la enfermedad holandesa” empezaría porque la industria debería ser entregada a los ciudadanos y luego sí podríamos pasar a las soluciones tradicionales.
“La enfermedad holandesa” no es pues el primero de nuestros problemas. Finalmente, como surgió primero en Venezuela que en Holanda, debería más bien ser llamada la enfermedad venezolana.
Jose.acosta@ucv.ve/ @joseramonacosta