domingo, 4 de septiembre de 2016

¿QUE BLOGUERO SOY?



Alguna vez he hablado de la obsesión por las métricas equivocadas hablando sobre la búsqueda obsesiva de seguidores en redes sociales o de la de trucos para que los post de un blog se compartan más veces.
Últimamente estoy reflexionando sobre esa tendencia que veo desde hace tiempo en muchos blogs profesionales dentro y fuera de España por el tráfico a cualquier precio. Incluso forma parte de su argumentario de ventas: ‘la historia sobre cómo llegué a 1.000.000 visitas en 1año’ (por ejemplo).
Lo cuentan como caso de éxito. Muestran orgullosos la gráfica de Google Analytics con el crecimiento del tráfico.
El problema es que de tanto mostrarlo e insistir sobre ello y el resto de bloggers haciéndose eco, se ha convertido en una especie de estándar de mercado. Tener éxito = a mucho tráfico. Es algo deseable y admirado por muchos (empresas y profesionales). Y que de alguna manera genera cierto tipo de negocio en contenidos, formación y alguna cosa más.

Y yo me pregunto, ¿tanto tráfico para qué?

Me da la sensación de que esta tendencia viene heredada del mundo 1.0. Un enfoque del tipo: “Yo emito, emito y cuánto más tráfico me llegue mejor. Con que me compre el 0,001% es suficiente.”
Este es un planteamiento cortoplacista. Puede funcionar al principio, para determinados casos,… pero al final lo que todos buscamos son resultados:
  • Campañas de publicidad que lleguen a mi audiencia.
  • Formación con la que realmente aprendo (compruebo si era buena o mala cuando trato de ponerlo en práctica).
  • Clientes captados.
  • etc.
Por pura lógica, a mayor volumen de tráfico mayor es la dificultad de mantener la calidad del mismo. Entendiendo por calidad, personas que estén potencialmente interesadas en lo que ofreces (consultoría, contenido de pago, formación, etc.). Y por lo tanto, si no mantenemos la calidad, no obtenemos los resultados esperados.
Para modelos de negocio basados en la publicidad tuvo sentido hasta hace unos años (digo tuvo, porque hace tiempo que está cambiando).
En los eventos de los últimos meses he coincidido con varios bloggers que buscan este volumen de tráfico, pero con cabeza. Es decir, genero y posiciono contenido relacionado con los productos/servicios que ofrezco en el blog para conseguir mayores y mejores conversiones.
Pero, ¿qué ocurre con el 95% restante?
Por mucho que nos quieran convencer, si escarbamos un poco en los datos, vemos que el objetivo es generar tráfico, la manera es lo de menos. Disimulan diciendo que el contenido si está relacionado, por x o y motivo, pero es tal la lejanía de la relación, que dudo mucho que consigan conversiones de esos contenidos.
La optimización es el camino para obtener mejores resultados, pero cuando no va acompañada de aportación de valor se convierte en un fracaso
¿Qué quiero decir? Que debemos optimizar, pero que antes de optimizar debemos pensar en la calidad de nuestro contenido/producto/servicio.
Si tenemos una web hiper optimizada, con un diseño perfecto, pero con una aportación de valor menor, podrá tener ciertos éxitos, pero al final las cosas caerán por su propio peso.

¿Qué tipo de  eres?

Hay decenas de tipos, pero si los tratamos de clasificar por la relación entre la calidad del contenido y el volumen de tráfico, podríamos encontrar cuatro tipos (al menos así me lo imagino yo).
¿Qué tipo de bloguero eres?
En esta matriz se representan cuatro casos muy comunes:
1. Celebridad: es un blog de con una alta calidad de contenido y alto volumen de tráfico escrito por una persona de contrastada reputación. Su blog juega un papel importante en su vida profesional.
Hubiese usado el término eminencia, pero creo que celebridad le aporta el matiz de popularidad que buscaba.
En este sector podemos situar blogs como el de Avinash Kaushik que, a pesar de ser de nicho, tiene un alto volumen de tráfico gracias a la excelente calidad de sus contenidos.
Su secreto: conocimientos, capacidad pedagógica, constancia y mucho trabajo. Recientemente su blog cumplió su décimo aniversario.
2. Profesional: blog escrito por un experto que apuesta ante todo por la calidad del contenido. Su blog es una forma de reflexionar e ir construyendo una reputación profesional, pero no es una pieza fundamental de su carrera profesional.
Como consecuencia no le dedica todo el tiempo y esfuerzo que requeriría acercarse al cuadrante superior (aunque dependiendo de que temática, el volumen de tráfico de este cuadrante variará).
3. Optimizador: este es el tipo de bloguero que os mencionaba al principio del post. Es una persona que vive por y para su blog, pero cuyo objetivo es el volumen de tráfico, el número de veces que se compartió el post y el número de seguidores en redes sociales.
Su blog suele tener buen diseño, está lleno de ‘trucos’ y llamadas a la acción para captar leads y trata de generar tráfico con titulares llamativos.
Su nivel de conversión a objetivo (registro, venta o lo que sea) es bajo, pero al contar con un volumen alto de tráfico los números más o menos le salen. Y esto es lo que le hace defender su forma de trabajar.
Es un camino, pero en mi opinión no el mejor. Todos tratamos de optimizar, probamos algunas cosas, pero cuando la optimización por la optimización, se convierte en el objetivo empiezas a equivocarte de dirección.
4. Aspirante: es una persona que o bien acaba de comenzar o que está en la fase previa a asentarse como bloguero.
En este momento ve dos caminos. El del optimizador (muy llamativo por su aparente éxito) o el del profesional (percibido como difícil y con un éxito incierto).
Mi opinión se resume en una frase que escribí hace años en un post con un enfoque similar a este: el camino fácil es más rápido, pero no siempre te lleva a tu destino.
No digo que ser el bloguero optimizador sea fácil, pero si que busca los atajos para llegar a los resultados.

¿Qué tipo de bloguero eres? ¿qué tipo de bloguero te gustaría ser?

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